Granada  Solidaria
Cartas



Extracto de cartas de los hermanos maristas

 

Hermano Miguel Ángel Isla (Carta del 6-X-95)
El trabajo que tenemos es ingente y más teniendo en cuenta las condiciones materiales y psicológicas de este campo de refugiados de Nyamirangwe, que alberga a unos 30.000 refugiados.
Hemos organizado y financiado el servicio educativo del campo : escuela maternal, primaria, secundaria y alfabetización para cerca de 6.000 niños y jóvenes. También estamos colaborando en la pastoral, la enseñanza de pequeños oficios y en la ayuda a centenares de niños huérfanos, viudas y ancianos. Y todo ello bajo el filo de la espada continua y permanente de la inseguridad de que un día u otro puede ser más trágico aún para todos. ¡No sabemos cuál va a ser nuestro futuro!

Hermano Miguel Ángel Isla (Carta del 19-IX-96)
Ahora soy mucho más consciente de la realidad en que estoy metido y a veces aflora a mi conciencia un miedo sordo, como chispas vivaces y fugaces. De todos modos, sé bien de quién me he fiado y voy con alegría al refugio. Este mundo (europeo) no es el mío, hay demasiada abundancia y en África, demasiada pobreza, pero el hombre aquí es más hombre.

Hermano Julio Rodríguez (Carta del 10-10-96)
Tenemos que rezar por la paz de esta región de los Grandes Lagos, por el retorno con dignidad a su país, de estas pobres gentes con las que vivimos en el campo de refugiados. Os invitamos a rezar con insistencia, por esta causa, porque esto se puede hacer desde cualquier lugar. ¡Que vuelva la paz y la justicia para estas personas que tanto sufren!

Otilia García, madre del hermano Servando Mayor
Mi mayor consuelo es que cuando mi hijo regresaba este verano al Zaire iba contento y alegre. Yo le decía: "¿Tú crees que puedes arreglar aquello?". Él me decía : "Madre, si es que cuando nos ven a nosotros es como si vieran a Dios y si no les ayudamos nosotros nadie les ayudará". Mi hijo vivía aquello. Estoy orgullosa de él, de su vida y de su muerte por defender a los pobres, aunque deja mucho hueco en mi casa. Espero que haya otras personas que le releven en su trabajo.