Guía de Granada  Monumentos
San Juan de Dios



BASILICA DE SAN JUAN DE DIOS

Situada en la calle San Juan de Dios, es una auténtica apoteosis barroca de oro, plata, retablos, pinturas murales, cornucopias y luces, esta Iglesia sirve de espectacular estuche a las reliquias muy veneradas de San Juan de Dios (un antiguo aventurero portugués, convertido en Granada). Luce airosas y elegantísimas fachada y torres gemelas.

Mandado construir por Fray Alonso de Jesús y Ortega, que fuera ministro del Santo Oficio de la Inquisición. Hombre obsesionado por el arte, se rodeó de numerosos artístas y maestros para edificar uno de los más significativos templos barrocos de nuestro país. El camarín del templo lo destinó para las reliquias (hoy quinientos watios bien repartidos son suficientes para que de la tallada madera barroca y de la plata rebujada emerja un dorado fragor que convierten al Camarín de la Basílica de San Juan de Dios, en el más bello relicario que ojos hayan visto) reservando un lugar privilegiado para los restos óseos de San Juan de Dios, que se encuentran en una urna de plata maciza y esquinas sobredoradas al platero jiennense Miguel de Guzmán, esta urna contiene la reliquia más importante: los huesos y la calavera de los pobres por excelencia.

Desde Roma y donadas por cardenales, llegaron a Granada y se acumularon en la Iglesia de San Juan de Dios los más diversos restos de objetos o d santos, apóstoles, mártires o confesores a los que la iglesia recomendaba culto. Entre ellos un trozo de la cruz en la que murió Jesucristo, otro de la columna donde recibió los azotes y otro de la mesa en la que celebró la Ultima Cena. También hay un trozo del palio de San José y otro del velo de la Virgen María.

Son numerosos los relicarios en forma de urna que contienen restos o atributos de santos, como la calavera de San Plácido, que murió degollado por unos corsarios moros antes de cortarle la lengua; una muela de Santa Columba, monja cordobesa que fue martirizada por los moros; las cenizas y la lujosa túnica de seda de San Feliciano, que fue decapitado en Roma en el año 286; un trozo del cepo en el fue azotado San Juan de Dios; el dedo pulgar momificado de un santo desconocido; un trozo de velo de Santa Catalina de Bolonia. En total existen en el templo granadino casi 200 reliquias. Todas las reliquias existentes en esta Basilica tienen su "certificado de autenticidad". Sobre uno de los muros de la escalera cuelga un cuadro con un texto firmado por el Papa Benedicto XIV en el que se relata la procedencia real de las mismas así como la advertencia de la pena de "excomunión latae ipso tacto incurrendae", para todos aquellos que consintieran "ques e extraigan o saquen para prestarse a otras Iglesias o lugares píos o a qualesquiera persona las Urnas o Reliquias y demás Alhajas".

UBICACIÓN Se sitúa la Basilica de San Juan de Dios en la calle y barrio a los que da nombre, junto al Hospital y Monasterio de S. Jerónimo. Comenzando en la Plaza del Triunfo y desembocando en la de Gran Capitán, esta calle se convirtió en los siglos XVII y XVIII en via importante por donde transcurrian fiestas y procesiones que desde el Campo del Triunfo -centrado con la imagen de la Inmaculada de Alonso de Mena- se dirigían a la Catedral.

DATOS HISTÓRICO ARTÍSTICOS. La Iglesia, hoy con el título de Basílica por la Bula "Extat. Granatae", de 1916, dada por Benedicto XV, fue comenzada en 1737 y finalizada en 1759, a iniciativa del Prior Alonso de Jesús y Ortega y costeada con el dinero procedente de la Caja Central de la Orden Hospitalaria para dar acogida a los restos de su fundador. Esta orden fue fundada por San Juan de Dios, Juan Ciudad Duarte, quien, nacido en Monte Mayor (Portugal) en 1495, siendo niño vino a vivir a España. Fue pastor y militar, al servicio del Emperador Carlos V. Más tarde, al llegar a Granada, en 1536, se dedicó a la venta de libros y romances; tenía su puesto de venta en la calle Elvira, en donde, como recuerdo, se edificó una capilla. Su vocación religiosa le sobrevino por la lectura de obras devotas. Tomado por loco estuvo encerrado en una celda del Hospital Real, donde una lápida recuerda este hecho. La Cruz y la Granada del anagrama de la Orden son el recuerdo de la voz sobrenatural que él escuchó: "Granada será tu Cruz". La Iglesia, última de las grandes obras conmemorativas promovidas por las Ordenes contrarreformistas, proyectada como santuario y enterramiento de su fundador, fue trazada por José de Bada, maestro mayor de las Catedrales de Granada y Málaga y de los Padres de la Compañía de Jesús. Su planta es de cruz latina: nave con capillas laterales -dos a cada lado-, Crucero, Capilla Mayor y Coro. Tribunas en crucero, nave y Capilla Mayor. Su interior aparece bellamente ornado con obras escultóricas y pictóricas. Las pinturas al fresco representando santos, ángeles, virtudes, episodios de la vida de San Juan de Dios..., fueron realizadas por Diego Sánchez Sarabia. Pero de todo este rico interior destacan los retablos y fundamentalmente el Retablo de la Capilla Mayor, realizado por José Francisco Guerrero entre 1744 y 1753. Se compone de un único cuerpo y tres calles, separadas por altos y esbeltos estipites -elemento sustentate típico de los retablos del s. XVIII-, y ático. Todo el conjunto se ornamenta con placas geométricas y motivos vegetales. En la calle central, más ancha, se encuentran el Sagrario, arco que comunica con el Camarín y encima, en el ático, una hornacina con la imagen de la Inmaculada. Tras el retablo mayor se encuentra la Sacristía, de planta rectangular dividida en tres tramos mediante dos arcos torales y cubierta con bóveda de arista. De gran riqueza decorativa, tanto por las pinturas al fresco de Sarabia, como por las cajoneras, cuadros y cornucopias. En el lateral izquierdo del retablo se abre la puerta que da acceso al Camarín, situado encima de la Sacristía. Los camarines, junto con los Sancta Santorum o Capillas Sacramentales, contituyen uno de los espacios más representativos de las iglesias barrocas del s. XVIII. Si los Sancta Santorum estaban dedicados a la exposición diaria del Santísimo Sacramento, los Camarines lo eran para el culto intimista de una imagen determinada, generalmente la Virgen, aunque con excepciones como éste que está dedicado a guardar las reliquias de San Juan de Dios. De planta rectangular, como la Sacristía, pero divide sus tres tramos mediante paramentos: antecamarín y camarín en el centro. Todo el conjunto esta decorado con pinturas de Tomás Ferrer, espejos, cobres, cristales pintados, maderas doradas y pequeñas repisas en las que descansan urnas con calaveras y huesos de santos. Cabe destacar en la escalera de acceso al camarín su balaustrada de madera y el zócalo de azulejos sevillanos. La Portada, flanqueada por dos altas torres, esta concebida a manera de retablo: dos cuerpos y tres calles, separadas por columnas de órdenes corintio -cuerpo inferior- y compuesto -cuerpo superior-, sobre altos pedestales. En las calles laterales del cuerpo inferior se abren dos puertas y sobre ellas las imagenes de San Gabriel y San Rafael; en la central, más ancha se abre la puerta principal, en la calle central del segundo cuerpo una gran hornacina acoge la imagen de San Juan de Dios, apareciendo en los laterales relieves alusivos a San Ildefonso y Santa Bárbara. Se remata la portada con fronton curvo partido, en cuyo centro aparece un medallón con un relive de Dios Padre y sobre él una granada y una cruz, símbolo de la Orden. Las Torres, de dos cuerpos, más el de campanas, se rematan con chapitel recubierto de pizarra.

DATOS DE INTERÉS: Categoría del Inmueble: Incoado el expediente para su declaración como Monumento Histórico- Artístico el 31.08.83 Visita al Camarín de San Juan de Dios: Mañana: de 10 a 12 Tarde: de 6 a 7