Ruta 1  Alrededor de la Alhambra
 Plaza Nueva, Carrera del Darro, Paseo de los Tristes, 
 Cuesta de los Chinos, Alhambra y Cuesta de Gomérez


 

 

Para hacer caminando.
Inicio: Plaza Nueva.
Final: Plaza Nueva.
Coche: Imposible aparcar; parking subterráneo más cercano: Plaza de San Agustín.
Autobús: Líneas Alhambra-Albaycín, 1, 3, 4, 6, 7, 8, 9, 11, C, F.
Taxi: Plaza Nueva, Palacio de Carlos V y Hotel Alhambra Palace.
Tiempo estimado sin paradas ni vistas: 1½ horas.
Observaciones: Hay que subir y bajar varias cuestas pronunciadas, así como caminar por calles empedradas. La mayor parte del itinerario se realiza por zonas peatonales.

Plaza Nueva es una extensa plaza con terrazas, bodegas típicas y tiendas de souvenirs. En su extremo sur se encuentra la Plaza de Isabel la Católica, con el monumento a Isabel la Católica y Colón y varios edificios emblemáticos de la Gran Vía (recomendamos saborear los magníficos helados de Los Italianos, al comienzo de la Gran Vía, para refrescar el itinerario), como son el edificio de Cortefiel, el de la Caja Rural y el del Banco Hispano.
Ya en Plaza Nueva, nos encontraremos con la Chancillería, edificio del siglo XVI, actualmente Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Se puede visitar, aunque sin acceso a la mayoría de las dependencias por tratarse de un organismo oficial.
La parte final de Plaza Nueva se conoce como Plaza de Santa Ana, lugar en el que encontraremos el Pilar del Toro donde podremos beber agua fresca. Enfrente tenemos la iglesia de Santa Ana (s. XVI), edificada en 1537 según un proyecto de Siloé, terminándose en 1548, excepto la torre, que se agregó de 1561 a 1563. A destacar: la torre mudéjar, la talla de la Dolorosa (de José de Mora, hecha en 1671), y la Virgen de la Esperanza, una de las más populares de Granada durante la Semana Santa.
Por encima de la iglesia asoma la Torre de la Vela, de la Alhambra.
Enseguida nos adentramos en uno de los más bellos lugares de la ciudad: la Carrera del Darro, un paseo empedrado junto al río Darro, con casas antiguas (siglos XVI y XVII) recientemente restauradas, destacando varias de las que se encuentran en la Cuesta de Santa Inés.
A lo largo de la Carrera del Darro podremos encontrarnos con diferentes monumentos. Siguiendo la Carrera, en la orilla opuesta del río, nos encontramos con el Puente del Cadí (s. XI), que unía la Alhambra con el Albaycín.
Frente al puente, en la casa número 31, están los baños árabes conocidos como el Bañuelo, al parecer del siglo XI. Son de los más viejos, importantes y completos baños públicos árabes conservados en España. Sus columnas están rematadas con capiteles romanos, visigodos y árabes.
Por la calle inmediata se llega al Convento de la Concepción, fundado en 1523, con interesante portada de estilo ojival.
  Inmediatamente nos encontramos con el Convento de Santa Catalina de Zafra (s. XVI), formado por un grupo de construcciones entre las que se encuentra la casa árabe de Zafra (s. XIV), que está completa.
Más adelante encontramos la Casa de Castril (s. XVI), mansión renacentista con portada plateresca. En ella encontramos el Museo Arqueológico, con piezas que abarcan desde el Paleolítico hasta el Arte Musulmán, incluyendo importantes restos íberos, romanos y visigóticos.
En la acera opuesta encontramos la iglesia de San Pablo y San Pedro, erigida entre 1501 y 1567, y elevada, al parecer, sobre la mezquita de los baños. Sobre ella se halla el impresionante acantilado sobre el río Darro, que corona la Alhambra.
  Por fin salimos a la Plaza del Padre Manjón, más conocida como Paseo de los Tristes. Dicha plaza se halla a los pies de la Alhambra, ofreciendo al visitante una de las mejores panorámicas de la misma (entre otras cosas porque puede disfrutar de esa vista sentado en una de las numerosas terrazas que abarrotan la plaza). Se hace especialmente atractivo el paseo por la plaza de noche, cuando la Alhambra se encuentra iluminada y las terrazas cierran sus sombrillas.
  Atravesando el Paseo de los Tristes nos encontramos a la izquierda la Cuesta del Chapiz, que nos conduce a la parte alta del Albaycín y al barrio del Sacromonte (ruta 2), y a la derecha el Puente del Rey Chico o Puente de los Labradores, sobre el que se accede a la Plaza del Aljibillo. Una vez cruzado el puente podemos escoger entre ir a la izquierda, subiendo una cuesta que nos lleva en un bonito paseo con hermosas vistas del Sacromonte a la Fuente del Avellano, lugar donde se reunía la llamada "Cofradía del Avellano", reunión literaria presidida por Ángel Ganivet. Si optamos por realizar este paseo, emplearemos en ello cerca de 30 minutos en ir y volver.
Si seguimos de frente nos adentramos en la preciosa Cuesta de los Chinos, poco conocida por los turistas pero que nosotros recomendamos vivamente. La subiremos ganando rápidamente altura, con lo que iremos gozando poco a poco de impresionantes vistas del Albaycín y la Alhambra. Al poco tiempo tomaremos contacto con las murallas de la Alhambra, justo en el lugar en que se encuentra el antiguo enlace entre la Alhambra (a nuestra derecha) y el Generalife (a nuestra izquierda, tras una verja siempre cerrada). Pasaremos, por orden, la Puerta del Arrabal (bajo el baluarte adosado a la Torre de los Picos), la Torre del Cadí, la Torre de la Cautiva, la Torre de las Infantas, la Torre del Cabo del Agua (parcialmente destruida por las tropas napoleónicas al abandonar Granada en 1812) y, doblando el camino a la derecha, pasaremos bajo el Acueducto que une actualmente Alhambra y Generalife.
  Por fin dejaremos de subir y nos encontraremos en una fresca terraza junto a la Torre del Agua. Siempre pegados a las murallas, bajaremos una calle llena de hoteles y restaurantes, pasando por los restos de la Torre de Juan de Arce y la Torre de Baltasar de la Cruz y, al final de la calle, la impresionante Torre de los Siete Suelos.
Adentrándonos en los frescos bosques (del siglo XVI, época cristiana) se nos hace más difícil ver las torres que seguimos pasando (algunas incompletas). Al poco rato encontraremos una bifurcación, y tomaremos la cuesta de la derecha, que, tras pasar bajo las murallas, atravesando la Puerta de los Carros (s. XVI), nos conduce al recinto de la Alhambra. La muralla continúa hasta la famosa Puerta de la Justicia, que atravesaremos más adelante.
  De la plaza en la que nos encontramos sube hacie el sureste la Calle Real, donde podemos admirar la Iglesia de Santa María de la Alhambra, anteriormente mezquita de la Alhambra. Cuando se conquistó Granada pasó a ser la Catedral, mientras se construía la actual en el centro de la ciudad; iniciada su ruina, se demolió en 1576 el edificio árabe, no quedando de éste nada más que la basa de una columna existente en el Museo de Arte Hispano-Musulmán (situado en el Palacio de Carlos V). En el lugar de la mezquita se elevó la iglesia actual, entre los años 1581 y 1618. Destaca la Piedad del escultor granadino Torcuato Ruiz del Peral.
  Siguiendo por la Calle Real nos encontramos unos baños árabes del s. XIV, y la casa-museo Ángel Barrios, donde se exponen recuerdos del compositor y guitarrista granadino. Al final de la calle se halla el Parador de Turismo, en lo que fue el Convento de San Francisco. Dicho convento se levantó sobre un palacio árabe, y fue el primero establecido en Granada después de la conquista, en cumplimiento de una promesa hecha por los Reyes Católicos al patriarca de Asís. La iglesia y el convento se construyeron en 1495, y en el centro de la vivienda se estableció la capilla mayor, en la que estuvieron sepultados los Reyes hasta 1521, que se trasladaron sus cuerpos a la Capilla Real (ruta 2).
Volviendo al Palacio de Carlos V, entramos en su interior, pues su visita no implica la compra del billete de visita a la Alhambra y el Generalife. Contiene en su interior el Museo Nacional de Arte Hispano-Musulmán (de recomendada visita), el Museo del Patronato de la Alhambra, el Archivo y Biblioteca de la Alhambra, y el Museo de Bellas Artes.
El Palacio de Carlos V es una de las más nobles creaciones de la arquitectura de pleno Renacimiento y, tal vez, la más hermosa que pueda hallarse fuera de Italia. El arquitecto fue Pedro Machuca, que inició las obras en 1526, aunque posteriormente hubo otros muchos pues el palacio no se terminó hasta el año 1957, bajo las órdenes de Prieto Moreno. El edificio es cuadrado con un patio circular de 30 metros de diámetro. Las columnas de la planta baja son dóricas mientras que las de la superior son jónicas. En él se celebran conciertos durante el Festival de Música y Danza de Granada.
Tras la visita al Palacio de Carlos V podremos bordear los jardines que se situan frente a su portada occidental para asomarnos a la increible vista panorámica que se nos presenta de los barrios del Albaycín y el Sacromonte. Podremos distinguir sin problema la vieja muralla árabe que sube el Cerro de San Miguel, entre ambos barrios.
Seguimos bordeando el jardín y llegamos a la Puerta del Vino (s. XIII), antigua entrada a la ciudad árabe que se encontraba dentro de las murallas. Su nombre parece proceder del hecho de que allí se almacenaba, desde 1556, el vino exento de impuestos que consumían los vecinos de la Alhambra. Junto a esta puerta se encuentra el local donde se venden los billetes para visitar la Alhambra y el Generalife.
Cruzaremos dicha Puerta y, haciendo esquina, nos encontramos una inscripción dedicada a José García, el cabo inválido que impidío que las tropas de Napoleón volaran las murallas de la Alhambra.
Bajando la cuesta que se nos presenta a la izquierda pasaremos bajo la impresionante Puerta de la Justicia (año 1348), principal puerta de la fortaleza. En el arco interior hay una hornacina con una escultura de la Virgen y el Niño, encargada por los Reyes Católicos a raíz de la conquista.
Pilar de Carlos V (s. XVI).
  Bajando el paseo arbolado que comienza en el Pilar de Carlos V, llegaremos directamente a la Puerta de las Granadas (año 1536), llamada así por las granadas que adornan su frontón. Está abierta en la muralla que une la Alhambra (en concreto la Torre de la Vela) con las Torres Bermejas (sus primeros restos parecen datar del siglo VIII o principios del IX). Dichas torres, llamadas así por el color de sus muros de argamasa, actualmente se encuentran cerradas. Son una de las primeras construcciones defensivas árabes de Granada, y posteriormente sirvieron de prisión militar. Si deseamos acercarnos a verlas tendremos que subir la cuesta que nos encontramos de frente, al bajar del Pilar de Carlos V, sin llegar a atravesar la Puerta de las Granadas, justo donde encontramos una placa en memoria de Alhamar, fundador de la Alhambra. En dicha visita, muy rápida pues las torres están cerradas, perderemos únicamente 5 minutos, o algo más pues desde allí tenemos una perspectiva poco conocida de la Torre de la Vela. Volveremos a la Puerta de las Granadas por el mismo camino.
Cruzando la Puerta de las Granadas bajamos por la Cuesta de Gomérez, encontrándonos diversas casas antiguas y numerosísimas tiendas donde podremos encontrar productos típicos de Granada (destacando siempre, cómo no, los productos de taracea). Al finalizar la cuesta nos encontraremos nuevamente en Plaza Nueva, inicio del itinerario.