Ruta 4  El barrio del Albaycin
 Un salto atrás en el tiempo 

Para hacer caminando.
Inicio: Arco de Elvira.
Final: Paseo de los Tristes.
Coche: Imposible aparcar; parkings subterráneos más cercanos: Triunfo (inicio del itinerario) o San Agustín (final del itinerario).
Autobús: Líneas 7, F y Albaycín Bus.
Taxi: Puerta Elvira, Triunfo,
Tiempo estimado sin paradas ni visitas: 1:30 horas sin paradas. Media hora más si incluimos visita a San Cristóbal.
Observaciones: el barrio del Albaycín está encaramado a una colina, por lo que todas sus calles presentan pendiente (algunas bastante pronunciadas).


Como una ciudad que habita en otra ciudad, el Albaycín se levanta y vive contemplando desde su altura las zonas bajas de Granada. De siempre fue así o al menos, ya que de su pasado ibérico y romano poco sabemos, desde su última fundación en los primeros años del siglo XI, cuando sus habitantes tuvieron que abandonar la Elvira de la vega y subir la colina para buscar defensa en los turbios tiempos de la caída del califato de Córdoba.
Hay barrios parecidos en ciudades andaluzas convertidos en selectas piezas del pasado que se exhiben en un museo de lo urbano. Se diferencia el Albaycín de ellos em que está vivo y sigue sin renunciar a ser distinto.
En sus callejas empedradas se alzan los cármenes, villas con decoración y jardines moriscos, aisladas del exterior por sus altas tapias. A la caída de la tarde, cuando el aroma del jazmín impregna el aire, es un deber subir hasta el mirador de San Nicolás y contemplar la mágica estampa de la Alhambra resplandeciendo al ocaso.
La Puerta de Elvira era una de las principales entradas de la ciudad. Su estructura era muy parecida a la de la Puerta de la Justicia en la Alhambra, pero actualmente sólo se conserva el arco principal. La plaza en la que se encuentra la puerta se llama Plaza del Triunfo, y en su centro podemos observar un monumento a Fray Leopoldo (de gran devoción en Granada).
La calle que comienza bajo la puerta es la calle Elvira. Si lo deseamos, podemos caminar un poco por esta típica calle hasta llegar a la iglesia de San Andrés, antigua mezquita árabe que conserva su minarete.
  Subiremos por una de las principales vías de acceso al Albaycín: la Cuesta de la Alhacaba. ¡Y es una buena cuesta!
Al poco tiempo encontraremos otro majestuoso arco: la Puerta de Monaita, antiguamente unida por la muralla con la de Elvira. La muralla nazarí sí se conserva (aunque no muy bien) de aquí hacia arriba, a lo largo de la Cuesta de la Alhacaba. Por esta calle llegaríamos directamente a Plaza Larga, centro del barrio, pero nosotros preferimos dar un "rodeo" por otra cuesta: Carril de la Lona.
  Mientras subimos por el Carril de la Lona, podemos observar la parte Este de Granada. Si miramos hacia abajo observaremos a nuestros pies la anteriormente citada iglesia de San Andrés, con su precioso minarete reconvertido en campanario.
Al final de la cuesta nos encontraremos un lugar más apropiado para contemplar la panorámica que se nos presenta: el Mirador de la Lona, un buen sitio para tomarse un respiro.
  Torcemos por una estrecha calle que nos conduce a la populosa Plaza de San Miguel Bajo. Allí encontraremos multitud de terrazas típicas a los pies de la iglesia de San Miguel Bajo (se llama así porque existe una ermita de San Miguel Alto, en el cerro de San Miguel, aún más arriba). Si teníamos pensado tomar un tentempié, éste es un buen lugar para hacerlo, antes de visitar la austera iglesia, construida sobre un aljibe árabe.
  Antes de adentrarnos en el corazón del barrio cogeremos la calle del Gallo y luego el serpenteante Callejón de las Monjas para encontrarnos de sopetón con el Palacio de Dar-al-Horra. Como todos los palacios árabes, se trata de un edificio austero por fuera pero ricamente decorado por dentro. Al parecer fue habitado por la madre de Boabdil.
De vuelta en la Plaza de San Miguel Bajo, podemos optar por bajar por la calle San José para visitar la iglesia del mismo nombre, con alminar árabe de siglo XI, y luego subir de vuelta.
A espaldas de la iglesia de San Miguel Bajo encontramos el Convento de Santa Isabel la Real, de las clarisas. Se accede a través de un portalón que lo esconde de la vía pública. La decoración de la portada de la iglesia nos recuerda a la Capilla Real y, en su interior, un altar llamativamente alto, obliga a levantar la mirada y contemplar la armadura mudéjar con decoraciones platerescas de la techumbre.
  Al salir del convento, recorreremos la principal calle del Albaycín (calle de Santa Isabel la Real), que más adelante se convierte en el Camino Nuevo de San Nicolás. Un letrero nos indica que debemos torcer a la izquierda para subir al archifamoso Mirador de San Nicolás. Junto a la plaza se encuentra otra antigua mezquita reconvertida por los Reyes Católicos en iglesia: la iglesia de San Nicolás, cuyo aspecto de mayor interés es el artesonado y el aljibe que se encuentra a sus puertas. Pero desde luego aquí no hay nada mejor que contemplar la vista de la Alhambra.
Tras la iglesia de San Nicolás hay unas pocas terrazas donde poder sentarnos a tomar algo antes de continuar por el Callejón de San Cecilio. La pared derecha (según bajamos) de esta calle no es sino parte de la muralla árabe. Efectivamente, al final de la calle, torciendo a la derecha, cruzamos la Puerta de las Pesas, para toparnos con la principal plaza del barrio: Plaza Larga. El bullicio de este lugar nos sorprenderá.
Si tenemos tiempo de sobra, merece la pena hacer un paréntesis en el itinerario y subir por la calle Larga de San Cristóbal hasta el Mirador de San Cristóbal, cuya vista panorámica es, si cabe, mejor que la del de San Nicolás. Tras el mirador, la iglesia de San Cristóbal, que conserva un aljibe árabe al descubierto de gran interés. Esta "escapada" puede suponernos 20 minutos.
Cruzaremos Plaza Larga y enfilaremos la calle Panaderos para llegar finalmente a otra plaza típica albaicinera: la Plaza Aliatar. Desde aquí torceremos a la derecha para visitar a los pocos metros la Iglesia del Salvador. Antiguamente mezquita mayor de la medina, aún conserva la pureza del patio de abluciones. Cerca de la iglesia se encuentra el Convento de las Tomasas, que también podemos visitar.
  Finalizando ya nuestro itinerario bajaremos la empinada Cuesta del Chapiz. A la mitad de esta calle encontraremos el desvío al barrio del Sacromonte, que dejaremos para la Ruta 5. También para esa ruta dejaremos la Casa del Chapiz, en la misma esquina del desvío al Sacromonte, un perfecto ejemplo de arquitectura civil árabe (actualmente Escuela de Estudios Árabes), y el Palacio de los Córdova (actualmente Archivo Municipal).
  Una vez terminada la Cuesta del Chapiz nos encontraremos en el Paseo de los Tristes, final de la ruta. A los pies de la Alhambra y con el fresco que trae el río Darro, no encontraremos mejor lugar para descansar en una de sus innumerables terrazas y tabernas. Para volver al centro de Granada, un paseo por la inimitable Carrera del Darro hasta Plaza Nueva.