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España llora en silencio el asesinato de los misioneros



Valladolid/Burgos. M. J. Gutiérrez/Pedro Sedano.

El Gobierno de Castilla y León, reunido ayer con carácter extraordinario bajo la presidencia de Juan José Lucas, hizo público un comunicado en el que expresaba su más enérgico dolor e indignación por la muerte de los religiosos castellano-leoneses en el conflicto de Zaire. El presidente regional, Juan José Lucas, manifestó la resolución de decretar tres días de luto en el que las banderas ondearán a media asta en todos los edificios institucionales de la Comunidad. «Esta región se siente orgullosa del ejemplo que han dado estos seminaristas, que han muerto donde querían estar: al lado de los más necesitados», aseguró Juan José Lucas».

«Como casi siempre, donde hay algún acto de solidaridad allí hay un hombre nacido y cultivado en los sentimientos de Castilla y León», sentenció Juan José Lucas. «En nombre de todos los castellano-leoneses –precisa un comunicado oficial– la Junta traslada a sus familiares y a la Comunidad Marista, su condolencia y la profusa desolación de esta región, a la vez que se solidariza con los sentimientos humanitarios que han llevado a la muerte a estos misioneros. El Gobierno regional –continúa el escrito– reitera su voluntad de ofrecer a los familiares y a la Congregación de Maristas todo el apoyo humano y material que sea necesario».

«Irremediablemente la lucha contra la violencia indiscriminada ha de convertirse en un objetivo prioritario no sólo para países e instituciones internacionales, sino para cada uno de los seres humanos. Únicamente con el esfuerzo compartido se puede acabar con reductos de intolerancia tan ilógicos como éste.

Iniciativa franco-española

En consecuencia, la Junta valora positivamente la reciente iniciativa franco-española de formar una fuerza pacificadora y apela a la comunidad internacional para que se hagan cuantos esfuerzos sean necesarios en favor de la resolución de este conflicto que lesiona la dignidad humana y derechos fundamentales».

Por su parte, el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el presidente de la Diputación Provincial, Ramiro Ruiz Medrano, se unieron al dolor por la pérdida de los religiosos castellano-leoneses destinados en Zaire y expresaron su alegría por la noticia de que el vallisoletano, Julio Rodríguez, de Piñel de Arriba, no se encuentra entre los misioneros asesinados. Ambos resaltaron que «esta alegría queda empañada por la muerte de los otros tres religiosos, con independencia de que sean vallisoletanos o no». Ambos dirigentes se mostraron partidarios de una la intervención inmediata en Zaire «para evitar la masacre».

Por su parte, el Ayuntamiento y la Diputación de Burgos, de donde procedían dos de los seminaristas asesinados, decretaron tres días de luto oficial y pidieron a los ayuntamientos de toda la provincia que adopten el mismo acuerdo, «como muestra de solidaridad con los familiares de Servando Mayor García y Miguel Ángel Isla Lucio».

Dolor, impotencia y rabia

Valentín Niño y Vicente Orden Vígara expresaron su «dolor, impotencia y rabia por estas muerte» e igualmente instaron a las Naciones Unidas «a reprimir la situación de crueldad, desorden e injusticia creada en el centro de África».

Por su parte, los Ayuntamientos de Hornillos del Camino y Villalaín se solidarizaron con el luto oficial decretado por el fallecimiento de los religiosos. En Hornillos, se decretaran ocho días de luto y la bandera de España ondeará con un crespón negro, aseguró el alcalde Julio Pampliega. Asimismo, se rendirá algún homenaje al religioso Servando Mayor «como colocar una placa en el domicilio donde nació y dedicarle una calle, posibilidad que también está siendo estudiada en Villalaín, localidad natal de Miguel Ángel Isla Lucio. El arzobispo de Burgos, Santiago Martínez Acebes, visitó ayer a las familias de los dos maristas asesinados para expresarles la condolencia y el apoyo de toda la Diócesis. Asimismo, Santiago Martínez ofició ayer en Hornillos un funeral en memoria de los maristas asesinados.

Las muestras de solidaridad se sucederán en todas las capitales de provincia de Castilla y León. Por ejemplo, en Salamanca Manos Unidas y la Congregación de Maristas celebrarán una concentración el próximo martes en el que se pedirán la intervención urgente de la comunidad internacional, informa J. C. López.

Mientras tanto, los embajadores de España en Zaire y Tanzania prosiguen las gestiones diplomáticas en Kigali (Ruanda) para proceder a la repatriación de los cadáveres de los tres religiosos asesinados en Bukavu (Zaire), informaron fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID).

Las labores de rescate de los cadáveres ahora se van a ver complicadas en extremo debido a que, según informaciones de última hora los religiosos asesinados fueron enterrados en una fosa común.

El tercer cadáver

El provincial de los Hermanos Maristas en Castilla y León, Nicolás García, afirmó ayer que, aunque no existe confirmación oficial, el tercer misionero asesinado en el Zaire podría ser el burgalés Fernando de la Fuente. Nico- lás García apoyó esta consideración en las informaciones que está canalizando la Casa General de los Maristas en Roma, según las cuales la confirmación definitiva no se producirá hasta que se exhumen los cadáveres, que se hallan enterrados junto a la casa en la que vivían.

«Al parecer, es un costumbre muy arraigada en Zaire enterrar los cuerpos sin vida lo antes posible, aunque se desconoce quién ha podido hacerlo en este caso», dijo.

El provincial de los Maristas en Castilla afirmó que «los religiosos que aún permanecen en el Zaire han logrado llegar al lugar donde se encuentran las tumbas y están realizando gestiones para exhumarlos, identificarlos y lograr su repatriación».

En cuanto al vallisoletano Julio Rodríguez Jorge todo aparece apuntar a que pudo salvar su vida, algo que avalaría el hecho de que se trataba del más veterano de los misioneros en el Zaire, «un país donde ha permanecido los últimos 15 años y que conocía a la perfección. Además allí tenía muchos amigos que han podido ayudarle a escapar».

Por su parte, Fernando de la Fuente, de 53 años, era conocido entre el resto de los Hermanos Maristas como «El Chileno», porque había permanecido como misionero en este país suramericano durante 32 años.

Se da la circunstancia de que había compartido parte de este tiempo en Chile con el delegado de misiones del Arzobispado de Burgos, Alejandro García. «En este momento, el hermano Fernado sólo llevaba algunos meses en el Zaire, a donde había acudido como voluntario».

Licenciado en Teología y Filología Hispánica, Nicolás García se refirió a él como un hombre de gran sensibilidad y recordó que en una de sus últimas cartas hablaba del «desprecio que parece existir por las vidas de estas personas que no cuentan para nadie».

El arzobispo de Burgos, Santiago Martínez Acebes, que mantuvo ayer contactos con los familiares de los tres misioneros burgaleses afirmó que los padres de Fernando, que viven en la capital de Burgos, aunque son naturales de Moncalvillo de la Sierra «me han mostrado pinturas realizadas por su hijo en las que se demuestra que es un hombre muy sensible».

Por su parte, el provincial de los Maristas en Castilla y León, afirmó que una vez que se conozca la identidad de los «hermanos martirizados» y las posibilidades de repatriación de sus cadáveres se determinará el lugar y el momento para celebrar unas honras fúnebres conjuntas, que se realizarán antes de las que puedan celebrarse en sus respectivos lugares de nacimiento. Ayer, los vecinos de la localidad de Hornillos del Camino y varios hermanos maristas celebraron una eucaristía con el párroco de la localidad.

Afirmó que «aunque es difícil asumir la pérdida de un ser querido, sobre todo en estas irracionales circunstancias, sus familiares pueden tener el consuelo de que fallecieron para servir a Dios a quienes más les necesitaban, y que lo hicieron en un acto de generosidad voluntaria».



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